Árbol muy buscado por sus frutos, cuya corteza es de color pardo-violácea y agrietada. Sus ramas son rojizas y extendidas cuando son jóvenes, y leñosas a partir del 2º año. Sus hojas, al brotar y mientras son jóvenes, aparecen enrrolladas, y son de color verde brillante por el haz y más pálidas por el envés. A principios de primavera y antes de que broten las hojas, aparecen las primeras flores del damasco, que son de color blanco-rosado y cubren la planta por completo. Las que sean fecundadas ofrecerán los sabrosos frutos de este árbol, los damascos, frutos carnosos de diferentes tamaños, según las variedades, de entre 5 y 9 cm. de diámetro. Requiere una planta macho y una planta hembra para obtener fructificación.

Macho o Hembra, R. D.